El DRAMA de la Vivienda en España
- iván sousa

- hace 1 día
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El alquiler de vivienda en España lleva un camino muy siniestro desde hace unos años en nuestro país.
El mix entre Tenedores que quieren vivir de las rentas uniéndose a la absurda escalada del precio del alquiler y venta de la misma, frente a los lobbies de poder formados por los Fondos de Inversión y la Banca como mandamases del desequilibrio financiero de la vivienda que utilizan la vivienda como un producto de mercado y no ya de derecho y necesidad hacen que los PAGADORES de este drama sean/somos los de siempre. La gente, la ciudadanía.....El pueblo en general.
El "drama" de los precios del alquiler en 2025, actualmente, se caracteriza por subidas récord, una demanda alta y una oferta limitada, lo que genera que los alquileres se mantengan en máximos históricos y representen una carga cada vez mayor para los inquilinos.
Factores como la IMPOSIBILIDAD de poder buscar trabajo en las distintas comunidades autónomas de nuestro país, así como la obligada inseguridad de los impagos que los propietarios se autogeneran ante sus acciones apáticas con tintes avaros y ambiciosos , la rentabilidad de los alquileres turísticos (la mayor rentabilidad de las viviendas turísticas respecto a los alquileres de larga duración incentiva que los propietarios las destinen a este fin) y la falta de incentivos en las políticas públicas, contribuyendo a sembrar la duda, el miedo y la ansiedad de la ciudadanía sin proponer ninguna acción que lleve a solucionar el problema. Lejos de eso, se proponen medidas medicina que favorecen cada vez más a los propios Tenedores y al poder establecido para que siga enriqueciendo aportando cada vez mas desgracia a esta situación.
Una situación dramática y dantesca, sin ninguna duda.
Conviene meterse en política...claro¡¡¡sin miedo ya que somos política y no podemos pasar por alto ciertas medidas de ahogo, yo diría de EXTRANGULAMIENTO Y CONTROL SOCIAL.
Dijo el "elemento" José Luis Ábalos que la vivienda no es solo un derecho, que también es un bien de mercado.
Seamos claros:
Transcurría el primer Gobierno de coalición y una parte de ese gobierno, la crítica, la vigilante por obligación, es decir Podemos, se partía la cara para sacar adelante la primera ley estatal reguladora del derecho a la vivienda. La primera ley del derecho a la vivienda se aprobó en 2023, que la gente olvida porque le obligan los medios de comunicación obligan a ello con las críticas y el ostracismo a la lucha contra el sistema que defienden.
Antes, en 2009, se había aprobado la ley reguladora de las Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión en el Mercado Inmobiliario: la vivienda como bien de mercado.
Ya el nombrecito dice mucho desde luego.
Ábalos, y por ende su partido, defendía una concepción mercantilista de la vivienda en el marco de la negociación para aprobar la ley del derecho a la vivienda.
Algo muy jugoso desde épocas inmemoriales en la finanza de un país.
Sin embargo la Izquierda exigía regular los alquileres y el neoliberalismo del PSOE se oponía, repito SE OPONÍA.
Finalmente, la presión sirvió para alcanzar un logro parcial: así se creó un mecanismo de zonas tensionadas en manos de las comunidades autónomas.
Hoy Ábalos aparece manchado por corrupción ilegal, pero se habla mucho menos de la corrupción legal: la que permite gobernar a favor de los especuladores y vulnerar sistemáticamente el derecho a la vivienda.
Admitamos que esa concepción mercantilista tiene un cierto fundamento constitucional.
La Constitución española reconoce el derecho a la vivienda en su artículo 47, dentro de una categoría de derechos que denomina principios rectores de la política social y económica. Estos derechos no tienen la consideración de derechos fundamentales, sino que más bien pueden catalogarse como derechos de “tercera división”.
En la Constitución, lamentablemente, el derecho a la propiedad y el derecho a la libertad de empresa tienen un mayor nivel de protección que el derecho a la vivienda.
La vivienda, constitucionalmente, como bien de mercado. Por cierto, es entre los principios rectores de la política social y económica donde el Gobierno ha propuesto incorporar en la Constitución el derecho al aborto.
La solución estructural al problema de la vivienda no llegará hasta que contemos con viviendas suficientes de titularidad pública. Ahora bien, no cabe limitarse a esperar una solución que ni siquiera está encima de la mesa
El problema de la vivienda en España tiene, también, ese nauseabundo hedor a esas raíces franquistas.
José Luis Arrese, ministro de la dictadura, diseñó un país de propietarios y no de proletarios. La hipoteca podía ser un método eficaz de control social. Y, además, la descalificación de las viviendas de protección oficial permitía activar la lógica crematística. Las viviendas de protección oficial han funcionado hasta fechas muy recientes como una herramienta de privatización.
La singularidad española en materia de vivienda es la ausencia de un parque público significativo de viviendas en alquiler social, lo que impide contrarrestar la dinámica especulativa.
Son muchos años prometiendo y no haciendo...ya no valen excusas baratas.
España comparte problemas con muchos otros países globalizados: piénsese en los efectos de la turistificación o en el fenómeno de la financiación de la economía.
Pero, amigos, compañeros, nuestra seña de identidad es la falta de un parque público de vivienda en alquiler social y PUNTO.
La solución estructural al problema de la vivienda no llegará hasta que contemos con viviendas suficientes de titularidad pública.
IMPORTANTE: Ahora bien, no cabe limitarse a esperar una solución que ni siquiera está encima de la mesa.
En la actualidad sufrimos una auténtica emergencia habitacional: nunca fue tan urgente el mientras tanto.
¿Qué hacemos? El teléfono de atención que ha impulsado el Gobierno es una muestra más del espectáculo de la impotencia. Y la estrategia de mayor construcción y liberalización que ofrece la derecha es conocida por sus resultados especulativos.
La sociedad española debe ser consciente de que no se solucionará el problema de la vivienda si no se impugnan los privilegios de los de arriba.
La Izquierda, NO el PSOE, lleva tiempo poniendo encima de la mesa soluciones que merecen ser implementadas, al menos escuchadas sin esa pátina de soberbia barata tan característica del Congreso a día de hoy:
Bajar los precios de los alquileres modificando la Ley de Arrendamientos Urbanos (no olvidemos el viable precedente de la pandemia).
Limitar la compraventa de vivienda a la necesidad de residencia efectiva.
Poner coto a los pisos turísticos.
y POR SUPUESTO desarticular las organizaciones neoliberales, Fascistas de la mal llamada desocupación.
Además, se han llevado cabo iniciativas pioneras en España de reclamar contra los Gobiernos de la Derecha a la hora de declarar zonas tensionadas.
La emergencia habitacional no puede esperar; debemos obrar con audacia, determinación e inteligencia. No hay tiempo que perder. Estamos hablando de vidas humanas, de estabilidad social y de País y sobre todo de Humanidad.
La política de abajo necesita imaginar una nueva caja de herramientas entre las que se encuentra el litigio estratégico.
La sociedad española debe ser consciente de que no se solucionará el problema de la vivienda si no se impugnan los privilegios de los de arriba. Es así de simple, no será tan simple, de hecho dirán que es complejo los de siempre, para poder manipular las mentes no firmes y serviles.
El acaparamiento, la especulación y el rentismo se alimentan de transferencias de renta que pagan las gentes de abajo. En la encrucijada del derecho a la vivienda se dirime hoy la batalla contra la desigualdad y la imperecedera lucha de clases.
Si señores.....si EXISTE y es un mensajes para todos.
Poderes establecidos con la política como profesión, productores de poderes establecidos legales y sobre todo los ilegales y por último no menos importante, yo diría el más importante, la ciudadanía, le gente, los pequeños propietarios que aun con una moral decente tienen el ancla de la propiedad como una herramienta de especulación y no de mercado legal y moral.
Pensémoslo....es el momento.




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