Geotérmia - Electricidad. La Antártida
- iván sousa
- 22 jul
- 3 Min. de lectura

Un grupo de investigadores del Instituto de Ciudades Inteligentes (ISC) de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) en Pamplona, España, ha implementado con éxito generadores termoeléctricos para producir energía a partir de calor geotérmico en la Antártida. Esta es la primera vez que se utiliza calor geotérmico para generar energía ininterrumpida en la Antártida, que se utilizó para alimentar equipos para el monitoreo geológico y volcánico en tiempo real.
Esta tecnología fue probada y desplegada sobre el terreno por una expedición de la UPNA en la isla Decepción, uno de los volcanes activos de la Antártida.
Generadores termoeléctricos autónomos para vigilancia volcánica’ (Vivoteg). Se trata de un proyecto financiado por la Agencia Estatal de Investigación y coordinado por el Comité Polar Español con el apoyo logístico de la Armada Española. La expedición de la UPNA se encuentra trabajando en Isla Decepción de la Antártida.
El grupo de investigación de la UPNA ha utilizado módulos termoeléctricos de efecto Seebeck que pueden crear un potencial de tensión a partir de una diferencia de temperatura entre un semiconductor. El calor de la Tierra calienta un lado del módulo y el aire frío de la Antártida enfría el otro. El equipo de investigación ha creado esta necesaria diferencia con el desarrollo de intercambiadores de calor de alta eficiencia, que son capaces de transportar el calor geotérmico desde el suelo, a una profundidad de sólo 40 centímetros, hasta el módulo termoeléctrico, con muy poca pérdida de temperatura.
La importancia de este avance en la investigación radica en el reto tecnológico que representa el suministro energético necesario para alimentar los sensores de medida y equipos de emisión de datos de diferentes proyectos científicos geológicos y vulcanológicos, así como a las estaciones de vigilancia volcánica, especialmente en lugares remotos y de climatología extrema.
Actualmente, se emplean módulos fotovoltaicos para el suministro energético. Sin embargo, esta tecnología solar presenta graves problemas debido a la discontinuidad del suministro energético en la Antártida. Esta limitación tecnológica implica un esfuerzo logístico considerable para el cambio continuo de baterías eléctricas durante la campaña y reduce de manera muy considerable el registro de datos de interés científico, especialmente, durante el invierno, cuando prácticamente no existen datos en tiempo real.
Tecnología robusta para condiciones difíciles
En la primera campaña en el Polo Sur, los dos prototipos de generadores termoeléctricos ya registraron 6 W de potencia eléctrica, necesaria para alimentar los sensores de vigilancia e investigación volcánica y hacer posible su funcionamiento durante todo el año, incluido el invierno.
Los generadores termoeléctricos son dispositivos de estado sólido sin partes móviles como bombas o ventiladores. Con un mantenimiento mínimo y una construcción muy robusta, los generadores termoeléctricos son perfectos para las condiciones climáticas extremas de la Antártida. Además, la tecnología es modular, por lo que la energía producida se puede aumentar simplemente instalando más módulos termoeléctricos.
El calor geotérmico es también la fuente de energía óptima para la generación de energía en un lugar como la Antártida donde puede haber meses de oscuridad continua y las temperaturas pueden caer por debajo de los 60 grados en invierno. Asegurar un suministro eléctrico continuo y estable es esencial en proyectos científicos geológicos y vulcanológicos, así como en estaciones de monitoreo volcánico, especialmente en lugares remotos con condiciones climáticas extremas.
El avance tecnológico desarrollado por el grupo de la UPNA abre el camino a avances en la monitorización en tiempo real de algunas de las estaciones desplegadas en la isla Decepción, que mejorarán el estudio geológico y la vigilancia volcánica de la zona.
“Con la instalación de estos generadores termoeléctricos se podrá tener datos geológicos en tiempo real durante todo el año, incluida la invernada, y en diversos lugares de la isla. Esta tecnología podría extrapolarse a muchos otros volcanes del mundo, lo que contribuirá a aumentar la seguridad de la sociedad civil, al mejorar la vigilancia volcánica remota con una mejor y mayor anticipación de las erupciones volcánicas”
Hay que convencerse de las posibilidades tan maravillosas y profundas de las energías renovables frente al futuro que se nos viene encima.
En fin, la lógica del razonamiento humano al servicio de todos.
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